Llegaste a mi como la inspiración
que me hace escribir esto
a las 5 de la mañana,
por casualidad.
El destino y su disfraz.
No sabía,
lo que le gusta al amor disfrazarse de inspiración.
No sé ir despacio.
Yo simplemente cierro los ojos y salto.
Aún estoy buscando la fecha de caducidad
de este amor
caducado que sigo sin-ti-endo.
Intentaré dejarlo al sol, a la lluvia,
para que el tiempo, y
el temporal lo averigüen.
¿Dónde te escondes?
¿te escondes?
O, ¿acaso soy yo el que no quiere encontrarte?
¿Puede que te haya buscado desesperadamente por todos lados,
pero, con mis ojos vendados?
Puede.
¿Puede que te hayas camuflado
entre el duro invierno de tu
mente,
esperando que la primavera llegue?
O, ¿acaso soy yo, el buscador de tesoros
que no quiere coger
el que ha hallado
por miedo a no encontrar otro?
Preguntas y más preguntas y, sin darme apenas cuenta,
sin
dar, me cuesta, de que todo me lleva a ti.
Pero, al cabo y al fin, no justifica los medios
Al fin y acabó, esto es sólo mi filosofía, mi cutre poesía.
O, como me gusta llamarla: mi poesía altern-a-ti-va
Mi filesía.
Y eso, tesoro, es lo nunca va a tener
fecha de caducidad
aunque no sonría.
Porque primero me quiero.
Y luego, te amo.
Porque primero adoro el “cómo".
Y luego, el “quién".
Porque primero soy buscador.
Y luego, de tesoros.
Y, que conste en alma, que adoraba ver a tu boca
dibujar una
sonrisa.
Cuando llame a la puerta la inspiración...
Estaré listo...
para escribir-te.
Att. Un buscador.
de sonrisas.
@imagiinate
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