viernes, 10 de mayo de 2013

Eras la peor bala de mi historia.


"Voy sin dejar huella donde pise
y sólo las verás cuando me marche.
No te preguntes nunca si te quise,
ni me preguntes
por qué".

- Carlos Salem - 

Ya no te vas a asomar por las yemas de mis dedos
para salir en forma de palabras.
Ni siquiera mis dedos tocarán algún punto más de tu piel.
No,
ya no.

Se queda restringido tu acceso a mí,
te prohíbo 
a muerte
para no saltarme la norma,
porque ya no cabes en esta vida
que un día quiso ser tuya.

Te dejaste desnudar a medias
pero no llegaste a romper las mías, de verdad.
Te vendiste
por unas cuantas palabras
que supe escribirte,
y serán eternas
como un día quise que fueras tú.

Pero tal vez no.
No,
ya no.

Quise hacer de ti
el mayor lienzo sobre el que plasmar
y hablarte de arte.

Quise romper las normas
sin romperte el corazón,
pero mira
al final la que sale arañada,
aunque no lo parezca,
vuelvo a ser yo.

Me sigo guardando páginas en blanco
que nunca completaré con tu nombre,
y esas, quizás
serán mi mayor antología
poética
jamás publicada

la de mi silencio
y mi puntualidad con respecto a tus ausencias.
Esas
a las que nunca solía faltar.

Desnudaste mis miedos casi del todo
y me dijiste que las dudas
era lo peor que podía tener el ser humano,

y yo
las tenía.
A montones.

Te dije que tenía más de mil imperfecciones.

Te hablé de realidades
y tú entendiste cuentos de ciencia-ficción,
sin un final.

Se quedaron cosas en el tintero
que no te supe
-quizás tampoco quise-
decir
ni escribirte
en su momento

mucho menos ahora.

Ojalá te hagan volar
como un día te hice hacer yo
-sin ni siquiera tocarte-,
mejor, incluso.

Ojalá.

Sé de canciones que ahora suenan
desafinadas
y conozco otras formas de vida
en seis cuerdas.
Sé de poemas convertidos en notas de suicidio,
en recuerdos que no se quieren volver a recordar
sin ti.

Sé de poetas
que te versan los humores
en lugar de las heridas
o los sueños,
de sales que ya no curan
sino escuecen.

El mejor remedio es la saliva.

Puto Nacho,
sabe de qué hablo
cuando callo
lo que pienso
al pensarte
en silencio.

Aspira la esencia 
y la realidad de cada verso
cuando quieras recordarme,
cuando me eches
y sea de menos
-que yo ya te estoy echando
de más-

y ojalá no te duelan tiempo después
mis versos, si te leen
porque yo
no será quien te cure todas tus cicatrices
aún abiertas.

Borra todas las fotos
que nunca nos hicimos.
No emprendas ese viaje
del que jamás volvimos.

Detén tus noches
en otro reloj
que quiera contar el tiempo,
que yo he dejado de hacerlo
para seguir viviendo,
sin mirar-te
atrás.

Por favor,
deja de besarme en sueños
si nunca supiste estar 
para quedarte.

Ya no tienes más poemas donde verte.
Esto no es un ensayo, amor
es tu propia muerte.


@marisitags

2 comentarios:

  1. Y a mi que me dijeron de pequeña que la magia no existía... ¡Qué ingenuos!
    Es absolutamente maravilloso, de principio a fin, en cada coma, en cada punto, en cada palabra y en cada silencio que pasa mientras voy leyendo me enamoro más y más del poema.
    Precioso, sin más.

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